lunes, 3 de noviembre de 2008

Diplomacia: La Mejor Alternativa, Por DIANA CASTRO SALGADO


En Octubre de 1962 se dio el mayor conflicto que jamás haya habido entre la Unión Soviética y los Estados Unidos de América; un breve pero intenso conflicto diplomático que cambiaría el rumbo de la historia, la Crisis de los Misiles en Cuba. Después de descubrir que la Unión Soviética estaba construyendo rampas de misiles en Cuba, el Presidente John F. Kennedy junto con su gobierno entraron en una carrera de tiempo para impedir un conflicto armado. A pesar de las presiones por atacar al adversario, la Crisis de los Misiles significó la eficacia de los sutiles canales diplomáticos, muchas veces cuestionados, y las acertadas decisiones de un grupo de personas que evitarían uno de los mayores conflictos de la historia.

Cuba ha sido desde su independencia en 1898 un país estrechamente ligado a los intereses de Estados Unidos. Después de la revolución de Fidel Castro en 1959, Washington reaccionó con la ruptura de las relaciones y la imposición de un bloqueo económico que resultaría en una alianza de la isla con el bloque Soviético, decisión estratégica en plenos años de la Guerra Fría. Sin embargo, la crisis se plasma cuando el 16 de Octubre de 1962 el gobierno estadounidense descubre más de 32 misiles soviéticos en Cuba, lo que significaría como “interceptar el avión japonés camino a Pearl Harbor.” El gobierno del Presidente Kennedy, se pone en marcha para idear un plan que contenga el ataque Soviético. Las opciones eran dos: atacar o llegar a un acuerdo, y aunque la mayor parte del gobierno se inclinaba por la primera, Kennedy tomó la segunda opción, siendo sin duda la acertada.

Muchos no entendieron la magnitud del conflicto, y se interesaron por los intereses propios de la nación aludiendo que “el gran perro rojo esta escarbando en nuestro territorio y tenemos motivos para dispararle.” Sin embargo, Kennedy y sus asesores más cercanos supieron ponerse en el lugar del enemigo, anticiparse a sus decisiones y sobre todo evitar a toda costa un conflicto que no solo afectaría a su país, sino que habría llevado a una tercera Guerra Mundial. No se puede negar que a Estados Unidos no le convenía iniciar una conflicto armando, situación a la cual quería llegar el Presidente Kruschev, pero no por sus propias manos. Además, todo conflicto armado en el que se ha visto inmiscuido Estados Unidos ha sido siempre en territorios ajenos al suyo. Si la crisis hubieran amenazado el territorio de otro país, Estados Unidos de seguro hubiera apoyado el ataque inmediato, pero al ser su territorio al que apuntaban los misiles, entonces ahí la diplomacia fue la mejor alternativa.

La crisis terminó con el acuerdo de desmantelamiento de las bases soviéticas de los misiles y la garantía de que Estados Unidos no apoyaría ninguna intervención en la isla, además de la retirada de los misiles estadounidenses de Turquía. La vía diplomática estadounidense fue efectiva. Sin embargo, ¿la crisis realmente ha terminado?, entonces cabe preguntarse por qué los Estados Unidos sigue ampliando su “Escudo de Misiles Antibalísticos” alrededor del mundo.

Tiempo para la paz, Por ESTEFANI CHALCO SALGADO


Tras haber visto la película “Trece días,” varias reflexiones vienen a mi cabeza. El filme dirigido por Roger Donaldson tiene en esencia narrar la historia del mundo –debido a las consecuencias graves que pudieron suscitarse- durante octubre de 1962, frente a los conflictos políticos y militares existentes entre Estados Unidos y la Unión Soviética luego de que Estados Unidos descubriera por aviones infiltrados en Cuba, que la Unión Soviética instalaba misiles en el borde de dicho país con la finalidad de bombardear a la potencia americana.

La vida cotidiana de las personas, cambió rotundamente. Preocupaciones eran parte de la vida normal de cada uno, y hoy, no tomamos consciencia del peligro que era aquella manifestación de instalar misiles en un país amenazando a otro, menos aún nos interesan los detalles, y simplemente nos limitamos a estudiar a la Guerra Fría en su concepto. El mundo entero conocía poco al momento en que todo esto ocurría, pero lo que sí sabíamos bien, era el riesgo que las vidas de estadounidenses, cubanos, hoy rusos e inclusive todo el mundo, corría. Entonces, considero que de fondo, hay mucho más para analizar, pero lo que está claro es que se brindó tiempo para la paz del mundo, y esto contribuyó a que todos continuemos con normalidad nuestros caminos.

Como países sabemos lo que es mantener nuestra soberanía respetada por todos y sabemos cómo responderíamos frente a un conflicto (furia, crítica, temor, y pelea). Pero lo que no sabemos es lo difícil que resulta para las personas en el poder tomar decisiones tan importantes que como resultado podrían no sólo poner en guerra a dos o tres países, sino quizá desatar una guerra mundial. Este es el caso del presidente John F. Kennedy, quien además tenía el apoyo de asesores y miembros de importantes cargos como el Ministro de Relaciones Exteriores, el representante de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, la cúpula militar del país, entre otros. Con el conflicto latente, todos se involucraban intentando hacer lo mejor, y los consejos a Kennedy iban y venían desde diferentes puntos de vista, viviéndose angustia, presión, desesperación. Lo importante aquí, es que el presidente, quien tiene en sus manos el desatar o no una III Guerra Mundial, trata al máximo de tomar las cosas con calma, y deja que toda respuesta final venga con pensamiento, con análisis, con tiempo.

Frente a esto, el mensaje principal al querer detener hostilidades entre países, es que la vía diplomática, apoyada en justicia y lealtad al pueblo, es la mejor vía a la paz. Medidas pacíficas pautan que el país amenazante también reflexione, sienta duda de llevar a cabo lo que pretende, e intenta emular la actitud del otro país, de no atacar hasta que el otro ataque. En esto, los ánimos se calmarán, y guerras, se evitarán. Unificarse, fue la meta por parte de Kennedy, y esto no solo abarca el nombre de cada país como tal, sino sobretodo, saca a flote lo más importante, pensar en el bien comunitario que significa pensar en aquellos que corren el riesgo de perder su vida.
La medida tomada por el presidente de los Estados Unidos, expone por todo lado, que intervenciones militares habrían cambiado totalmente la historia. Una muestra de atentado, de intervención militar, o indicio de guerra, habría sido suficiente para provocar a un país hermano. El tomarse tiempo, aún para pensar en disparar o no, es uno de los caminos más apropiados para la paz. El verdadero camino, será siempre la diplomacia, esa corrección y amabilidad para mantener las relaciones internacionales; pues, vivimos en un mundo de hermandad, donde finalmente, como conjunto, todos pasamos a ser parte de una gran comunidad.

Negociaciones vs. Guerra, Por ERICKA DONOSO


Una decisión puede marcar el futuro del planeta. ¿Qué diferencia que hay entre las decisiones militares con la de los líderes políticos y entre la lógica que tienen las negociaciones con las de la guerra? Una pregunta que se explica en la llamada crisis de los misiles de Cuba en 1962 que se narra en la película 13 Días, en la que el futuro de la humanidad está en sus manos.
En octubre de 1962, aviones norteamericanos obtienen fotografías que muestran que Cuba está armando armas nucleares enviadas por la URSS, estas con un alcance aproximado de 1.600 Km. que llegarían a ciudades del Sur de los Estados Unidos. Noticia que causa una de las mayores preocupaciones que ha tenido la Casa Blanca, en ese tiempo liderada por el presidente John F. Kennedy, quien tenía que tomar la decisión ante la amenaza que enfrentaba su país.
Tras reunirse el Presidente con el Consejo de Seguridad para analizar el plan de acción que contrarrestara la ofensiva soviética, el general Maxwell Taylor sugiere “la política de atacar primero”, la cual consistía en un ataque aéreo antes de que los misiles de Cuba sean operativos, siguiendo con una invasión para acabar con Castro. Este plan de ataque sorpresa fue rechazado por Kennedy ya que sabía que representaría una mala imagen de los EEUU para el mundo, aunque por otro lado veía muy improbable que una habilidad diplomática hiciera que los soviéticos retiraran las armas de Cuba.
El 17 de octubre, surge la alternativa del bloqueo de Cuba, pero ésta propuesta fue vista como una respuesta débil por parte de la Junta de Jefes, los cuales siguieron presionando al Presidente para que apruebe el ataque, Kennedy temía que tras el ataque se desencadene una guerra nuclear. De escala mundial. Surge otra opción presentada por el embajador de EEUU en la ONU para un acuerdo de retirada de misiles de Turquía por parte de EEUU a cambio de la retirada de misiles en Cuba, pero la repuesta no fue otorgada, debido a que los cubanos niegan la posesión de armas.
El 22 de Octubre el presidente da su discurso dando comienzo a la cuarentena militar que consistirá en no permitir el paso de barcos a Cuba, lo cual es aprobado por la OEA. Los soviéticos empiezan a retirar los barcos pero unos pocos siguen en curso.
Aquí destacamos los dos bandos en los que la Casa Blanca estaba dividida, por una parte Kennedy , su hermano Bobby y Kenneth O`Donnel, secretario personal del presidente, quienes quieren a toda costa evitar la guerra, y por otro lado, la Junta de Jefes y el Concejo de Seguridad quienes presionan por la guerra. Dos decisiones totalmente opuestas, pero es Kennedy el único que decidirá el futuro de su nación bajo presiones tanto nacionales como internacionales.
Así cada día transcurrido el Presidente sostuvo firme su posición de no ataque aunque en ciertas ocasiones su voluntad no fue respetada. Él sabía que la decisión no era fácil a sabiendas de que las intenciones de la URSS sobre Cuba tenían otro objetivo que era el de Berlín.
Con el pasar de los días las opciones de la Casa Blanca disminuyen y debido a la objeción que ponen los del mando contrario de Kennedy, éste se ve obligado a mandar a su hermano a negociar con el representante ruso de retirar los misiles de Turquía y de Cuba pero de una manera secreta. Si esa propuesta no era aceptada, el día siguiente se daría inicio a la guerra.
El resultado de esta política inteligente dada el 27 de Octubre de 1962 es la orden de la URSS del desmantelamiento de armas y su retirada de Cuba, buscando así el bien y la paz por la humanidad. La guerra tiene que ser como fue para Kennedy siempre la última opción dentro de un mundo civilizado regido ya por un Derecho Internacional que busca la sana convivencia entre las naciones.